octubre 24, 2005

No soy gay...


Hace un mes, un grupo de amigos y yo decidimos hacer una fiesta sorpresa para otro de nuestros amigos. Su nombre, Ed. Conocer a Ed por los últimos cinco años ha sido una bendición. Ed es una persona muy chistosa, optimista, y siempre mira el lado positivo de las cosas. Así que no fue sorpresa que cuando quisimos celebrar su cumpleaños, todos sus amigos quisieron ayudar para darle la mejor celebración de su vida. Y lo hicimos.

La fiesta estuvo de lo mejor; muchos de sus amigos al igual que algunos de sus familiares estuvieron presentes. Hubo mucha bebida, mucha comida y el entretenimiento lo pusieron ciertas vestidas conocidas…. Hasta contratamos dos “strippers.” Y cuando uno llegó vestido de bombero y el otro de contador, supimos que las cosas estarían de maravilla.

Ed parecía disfrutar de la fiesta mas noté que cuando llegaron los “strippers,” su estado de ánimo cambió de inmediato. Le pregunté que si se encontraba bien. Su respuesta: “NO! No estoy bien y tú tienes la culpa.” De repente me confundí, especialmente cuando fui acusado por el estado de ánimo de Ed. Sin embargo, sabiendo que era su fiesta de cumpleaños traté de olvidarlo todo.

Por dos días me preguntaba porque Ed estaba enojado y como era yo el culpable de eso. Recibí una llamada por teléfono:

“Hola, soy yo. ¿Podemos hablar?” Escuché la voz de Ed del otro lado de la línea.
“Claro. ¿Qué pasa?”
“Siento haberme enojado contigo en la fiesta.” Dijo.
“Está bien. Todos tenemos nuestros momentos.” Respondí.
“No. No está bien. Lo que pasa es que…”

Y en ese momento supe que las cosas no andaban bien con Ed. Digo, ser positivo y feliz es lo que hace a Ed ser Ed. Pero esta conversación telefónica no se escuchaba como el Ed que yo conocía.

“Hola, ¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien?” Pregunté con sinceridad.
“Sí… No…”
“Esto requiere una junta de emergencia. Nos vemos en el café que está por mi casa en 20 minutos. No te tardes.”

De prisa, me puse algo que me hiciera ver decente y me fui al Café. Ed ya estaba esperándome.

Nuestra conversación comenzó con la fiesta y otras cosas. Después me dijo lo que nunca pensé que escucharía de los labios de un amigo: “Carlos, no creo que yo sea gay.”

Al principio lo miré y me reí tanto que casi se me salían las lágrimas. Pero después de mirar a Ed que estaba tan serio y que su cara mostraba confusión, dejé de reírme y lo escuché.

Y fue así como me dijo que por los últimos seis meses ha estado saliendo con una mujer y que no había dicho nada porque sabía que lo juzgaríamos y bla, bla, bla.

“Ed, y qué acerca de todos los hombres que te has llevado a casa?”
“Eso no significa nada. Nos agasajamos, pero ni una vez ha sido alguno de ellos el activo.” Respondió.

Y poco a poco narró como en cualquier relación sexual él ha sido la persona que penetra y que nunca ha dejado que otro hombre “se lo coja.” Y que por algún tiempo se ha excitado al ver a mujeres. Le dije que muchos hombres gay solo son los activos porque les gusta eso. Pero Ed contestó que tener sexo con otro hombre no te hace gay, especialmente si tú eres el que los penetra.

Casi estoy de acuerdo con lo que dijo, pero se me hacía difícil entender lo que quería decir hasta que me le deletreo: “No soy gay. Nunca he sido gay y me estoy enamorando de una mujer muy bonita.”

“Pero…”
“No, Carlos. Me cojo a los hombres. Ellos no me cogen a mí. No soy gay.”

Y continuó la conversación… por horas. Discutimos y me dijo que era mi responsabilidad decirles a los demás que NO lo buscaran y que NO trataran de averiguar qué pasaba con él. Ed sabía que no era gay y no quería involucrarse con nosotros… por ahora.

Y así fue, Ed tomó su camino mientras el resto de nosotros nos preguntábamos qué pasaba y qué hacía.

Después comencé a pensar: “¿Qué hace a una persona gay? ¿Acaso es la acción de tener sexo con otro hombre? ¿Acaso es la atracción que se siente por otro hombre? ¿Acaso es una combinación de las dos cosas? ¿Acaso Ed era bisexual y no lo sabía? ¿Acaso Ed pensaba como muchos latinos que creen que siempre y cuando no sean penetrados sexualmente no son gay aunque sientan atracción por otros hombres?

Honestamente no he tenido el tiempo para hacer una investigación acerca de este caso, pero desde que conocí a Ed lo conocí como un hombre gay. Digo, su ropa, su música, su toque para decorar, sus parejas sexuales, y de repente ¿es derecho? ¿Acaso esto es posible?

Como lo prometí, me retiré de Ed y como él lo esperaba muchos de nuestros amigos lo condenaron por irse del otro lado del puente. Con trabajos entiendo la bisexualidad así que imagínense lo difícil que se me hace entender la decisión de Ed. Ya no es gay, es derecho. Pero por todo el tiempo que lo conozco nunca se ha acostado con una mujer; bueno, que nosotros sepamos.

Hace como seis horas antes de que comenzara a escribir este artículo, Ed y yo estuvimos juntos en el mismo café que esta cerca de mi casa; los dos platicamos por buen rato. Me dice que Sandra (así se llama su novia) lo quiere mucho y él la quiere a ella. Es más, Ed planea casarse. No entiendo lo que pasa con Ed. Le sigo recordando que tuvo muchos encuentros homosexuales y que la gente no hace eso nada más por hacerlo. Bueno, algunos sí, pero ustedes saben a lo que me refiero. ¿Cómo es posible que se pueda enamorar de una mujer después de haber tenido sexo con tantos hombres? Le pregunté eso y su respuesta fue: “Yo me los cogía, ellos nunca me cogieron.” Tengo un amigo que es tan obvio que hace que Juan Gabriel se vea como Vicente Fernández. El me dice que nunca ha dejado que lo penetren. En toda su vida nunca (bueno, dos veces) nunca ha sido el recibidor. Pero sí es gay. Lo sabe, lo siente, y no puede vivir sin encuentros sexuales con otros hombres y sin su amor. Mi amigo es activo… tan loca como es; es activo. Y en caso de que me lo pregunten, yo soy las dos cosas: activo y pasivo. Versátil. “Algunas veces estoy arriba, otras abajo,” dice Frank Sinatra. ¡Y qué!

Pero, ¿es posible? ¿Es posible ser activo toda tu vida y decide eso que eres derecho y no gay? No lo sé. La verdad no lo sé y no tengo respuesta a esas preguntas. Solo espero que Ed se de cuenta que está cometiendo un error. O quizá no lo está. Y si quieren saber, Ed aún no le ha dicho a su novia que ha tenido encuentros homosexuales. Imagínense cuando se entere la pobre. Será mejor que el programa de Cristina.

Mientras tanto, no tengo otra opción más que aceptar a Ed y tratar de mantener al resto de nuestros amigos, especialmente aquellos que se encuentran horrorizados alejados de Ed para que no los maten. También estoy esperando a que Elton John y George Michael digan que no son gay, y a que Tom Cruise y Alejandro Fernández que lo son.

Carlos Manuel
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