octubre 30, 2005

Brutal paliza a un niño de dos años


Mientras sigue la conmoción por la muerte de la beba cordobesa Ludmila, cuyos padres se encuentran detenidos acusados de haberle dado la paliza que terminó con su vida, en Santiago del Estero se conoció ayer el caso de un menor de dos años que se encuentra con muerte cerebral como consecuencia del golpe que el padrastro le provocó en la cabeza al lanzarlo contra una pared.

La madre del menor santiagueño, oriundo de La Banda, a 7 km de la capital provincial, que se encuentra presa -al igual que la pareja-, decidió donar los órganos del niño cuyo deceso parece inminente.

El pequeño se encuentra internado en el Hospital de Niños Eva Perón de la capital santiagueña con un cuadro severo de edema cerebral, según informó Leandro Gamba, jefe del servicio de terapia intensiva de ese nosocomio.

La madre fue quien trasladó al menor al hospital, donde informó a los médicos que se había golpeado jugando. Ese argumento fue puesto en duda por los especialistas, que comenzaron a interrogarla. Finalmente, la mujer les confesó que su marido, padrastro de la criatura, lo había tomado del cuello y arrojado contra la pared de la casa en la que viven. La jueza de menores María Cuestas de Molina ordenó la detención de la pareja.

Representantes del Incucai local se entrevistaron con la madre del menor, la que decidió donar los órganos.

"Tenemos que tomar conciencia y decir firmemente que el maltrato infantil existe en Santiago del Estero", afirmó la titular de la Oficina del Derecho del Niño y el Adolescente, Miriam Romagnoli.

Por su parte, Gamba aseguró que en el hospital Eva Perón hay tres niños internados tras haber sido golpeados por sus padres, aunque ninguno con la gravedad del que se encuentra hoy con muerte cerebral. Al cierre de esta edición, el Incucai esperaba el permiso de la jueza para obtener la autorización por escrito de la madre del menor para comenzar con la ablación de los órganos.

Declaración

En tanto, en Córdoba, la muerte de Ludmila, la imputación de homicidio calificado por el vínculo, las evidencias de lesiones anteriores sobre la víctima y el hallazgo de restos de droga en el hogar se convirtieron en serias agravantes para la situación procesal de los padres de la beba de cuatro meses que permaneció cerca de una semana con muerte cerebral y que dio lugar a una controversia judicial sobre el retiro del respirador que tenía conectado.

Sus progenitores, Sebastián Alejandro Bachetti, de 22 años, un trabajador desocupado, y Estefanía Santa Cruz de 21, estudiante universitaria -oriunda de Reconquista, Santa Fe-, deberán declarar mañana ante la Justicia.

Fuentes judiciales dijeron ayer que ambos podrían verse aún más comprometidos por un informe de médicos forenses que registraron otras dos lesiones óseas anteriores -en una costilla y en una pierna- en la nena, presumiblemente como fruto de palizas a la que la habrían sometido sus propios padres.

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