octubre 31, 2005

Navegar por Internet con la chance de sacarse la sortija


La nostalgia por la tierra natal a veces tomas las formas más inesperadas. Para Alejandro Mellincovsky, radicado hace 6 años en Tel Aviv, tomó la forma de una calesita. Tal vez porque jamás se olvidó de aquella de Jean Jaures y Córdoba, que después se trasladó a la esquina de Anchorena. Hasta que se volvió a mudar y le perdió el rastro. Cuando, hace dos años, su hermano Gabriel lo visitó en Israel y le comentó que no había un sitio de Internet dedicado a las calesitas porteñas, la idea de crear uno le pareció perfecta. Así nació www.lascalesitas.com.ar.

El primer sitio de Internet consagrado a las calesitas de Buenos Aires es un emprendimiento familiar. En sus visitas a la ciudad, Alejandro se ocupó de la investigación, hurgando en archivos y recorriendo cada barrio. Gabriel sacó las fotos y Silvio, el padre de ambos, hizo el diseño gráfico.

"Las calesitas representan un común denominador de la infancia de los porteños porque ricos y pobres, gente de todos los estratos de la sociedad han pasado por ellas", explica Alejandro. "Nosotros intentamos rescatar algunas cosas que todavía no se perdieron, pero que corren peligro de perderse", observa Silvio.

El primer escollo con el que se toparon los Mellincovsky fue encontrar datos históricos sobre las calesitas. Revisando archivos de diarios y revistas, se enteraron de que la primera referencia a una calesita es de 1648, cuando un viajero inglés descubrió en Constantinopla el Maringiak, "un enorme plato con caballos de madera que gira sobre sí mismo".

Las primeras calesitas que giraron en la Argentina, según cuenta el sitio, llegaron de Alemania y de Francia. La pionera estuvo desde 1867 a 1870 en el Barrio Parque, ubicado entre el actual Teatro Colón y el Palacio de Tribunales. Cuentan que cuando Sarmiento era presidente, le instalaron la calesita frente a su casa. Y él se negó a al desalojo que le propusieron: "Me parece hermoso oír la risa de los chicos cerca de mi ventana", dijo.

El otro desafío para los Mellincovksy fue relevar las calesitas que funcionan en la ciudad. "Primero recorrimos las 26 que tenía registradas la Dirección General de Patrimonio de la Ciudad. Y, caminando por los barrios, llegamos a relevar todas: hay 56 que funcionan en 54 lugares, porque el Zoológico y el Parque de la Ciudad tienen dos cada uno", cuenta Alejandro.

Con esta información, los Mellincovsky elaboraron un mapa con la ubicación e historia de cada calesita, que se puede consultar por Internet. En un futuro, también van a incluir el recuerdo de las que ya no están.

Navegando por el sitio se encuentran anécdotas poco conocidas. Como por ejemplo, que Cátulo Castillo y Mariano Mores compusieron el tango "La calesita" inspirados por la que está en la plaza 1º de Mayo. O que el calesitero de la Plaza Almagro se negó a alquilarle la suya a Adrián Suar por tres días para una serie. Según argumentó: "Si la calesita está cerrada, los chicos lloran".

Nora Sánchez Diario Clarín / Buenos Aires 2005

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