Joseph Duncan está acusado de asesinar a una familia completa. Entre las pruebas en su contra, aparecen las entradas de su diario personal en la red titulado “Bitácora del quinto clavo”. “Ya no sé muy bien qué está bien y qué está mal”, escribió.
Un delincuente sexual pasó meses en Internet documentando su lucha interna entre el bien y el mal. Cuatro días antes de la desaparición de dos niños, a quienes está acusado de haber secuestrado, escribió: "Ganaron los demonios". Fue esa una de las últimas entradas de su weblog antes de ser arrestado el pasado sábado 3.
Joseph E. Duncan II, de 42 años y originario de Fargo, en Dakota del Norte, Estados Unidos, fue acusado por las autoridades de llevarse a Dylan Groene, de 9 años, y a su hermana Shasta, de 8, de su propiedad rural en Idaho. Poco antes, se también se habría llevado al hermano mayor de los niños, de 13 años, a la madre de los chicos y a su novio; quienes fueron hallados muertos a golpes el 16 de mayo. Duncan es sospechoso de esos asesinatos y se espera la identificación positiva de un cadáver hallado en Montana que presuntamente correspondería a Dylan.
"Dios me mostró la decisión correcta, pero mis demonios me tienen clavado a un espetón, el fuego ya fue encendido", escribió Duncan en su bitácora el 24 de abril, después de haberse fugado estando bajo fianza en Minnesota tras ser acusado de molestar a un varón de 6 años en una plaza.
Su última entrada en el blog fue el 13 de mayo, tres días antes de que desaparecieran Dylan y Shasta. "En cuanto a 'llevarme gente', bueno, no sé si está bien o está mal," escribió entonces. "En realidad, ya no sé muy bien qué está bien y qué está mal".
Duncan comenzó su diario en la red en enero del año pasado. Lo llamó "Bitácora del quinto clavo", una referencia alegórica a un quinto clavo destinado a poner fin al sufrimiento de Jesús en la cruz. Chris Magnus, jefe de policía de Fargo, ciudad natal del sospechoso, dijo que los oficiales se enteraron de este diario interrogando a amigos y vecinos luego de que Duncan no se presentara ante su oficial de probation en mayo.
Las entradas esporádicas incluían fragmentos de un libro que, según Duncan, estaba escribiendo en base a su condena, a los 16 años en Tacoma, Washington, por agredir sexualmente a un chico de 14 años a punta de pistola. Allí documentó sus pesadillas, su bronca por haber tenido que estar 20 días más en la cárcel después de su sentencia de 20 años y su dificultad para hacer amigos y tener salidas.
Otro motivo para su enojo era la política del Departamento de Policía de Fargo de visitar las casas de los delincuentes sexuales de alto riesgo. Duncan protestaba contra los oficiales que verificaban su paradero y le confiscaban la computadora y la cámara digital para ver si había pornografía infantil.
En sus entradas, también ventilaba la bronca que le causaba el estigma social de ser un delincuente sexual convicto. Es requisito de la Policía de Fargo registrarlo como tal y publicar esta información en la web. "Decidí dejar de tratar de convencer a la gente de que soy una persona real, con intenciones buenas y honestas," escribió el año pasado, y agregó: "No soy un monstruo malvado al que deben temer".
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